TEXTO: SOLEDAD GARCÍA-HUIDOBRO
Observación. Conciencia. Entendimiento. Aprendizaje. Incorporación. Palabras que definen el propósito de Loreto Lyon, arquitecta que brilla por crear patrimonio futuro; aquel que habla de mejores edificios y de espacios públicos que construyen buenas ciudades.
El valor de la arquitectura. Comprender su poder de cambio y transformación. Tener conciencia de cómo influye positivamente en la calidad de nuestras ciudades y, por ende, de nuestras vidas. Desde aquí se sostiene y se pone de pie la arquitecta Loreto Lyon quien con una gran vocación despierta la esperanza de un buen vivir social. Como ella misma cuenta, buen vivir que experimentó durante los 3 años que vivió en Londres junto a su familia. “Londres es una Metrópoli, sin embargo, cada barrio funciona como un pequeño pueblo. La ciudad te entrega espacios públicos, parques y cultura de calidad, entonces el lugar donde vives en términos de tamaño no importa mucho. Lo público es lo esencial. La ciudad regala cultura, historia y educación cívica”.
Al volver a Chile se dio cuenta de la necesidad y urgencia de crear ciudades de mejor calidad, con buenos espacios públicos, más áreas verdes y espacios culturales que pudieran ser usados y valorados por todos. “Me motiva que aún hay mucho por hacer, sobre todo para que esos espacios o edificios públicos sean de calidad. Necesitamos educar con nuestras ciudades. En Chile se invierte bastante en infraestructura pública, desde el Estado y los municipios, pero es importante que lo que se construya sea de calidad, ese será nuestro patrimonio futuro”, recalca.
Junto a su oficina Beals & Lyon Arquitectos (www.beals-lyon.cl), está con varios proyectos tanto públicos como privados, que abordan desde casas hasta proyectos de paisaje. “Siempre nos ha gustado la libertad de no ser catalogados como expertos en un programa particular, es una suerte poder trabajar en varias escalas y tipos de proyectos. Por ejemplo, al mismo tiempo que estamos construyendo una escuela Pública en Canela Alta en la IV Región, estamos retomando la construcción de la Biblioteca del Congreso Nacional en pleno centro histórico de Santiago, proyectando un par de casas y participando de concursos de arquitectura pública. Cada proyecto y cliente tiene sus propias necesidades y desafíos. Como arquitectos estamos entrenados para detectar los problemas particulares y responder de manera pertinente y original a cada uno de ellos, reconociendo que podemos contribuir a una mejor ciudad y calidad de vida de quienes habitarán los espacios que imaginamos”, comenta Loreto.
Pero Loreto no solo destina su tiempo a la práctica profesional, además se dedica a la academia, rol que desempeña desde que se tituló de taller en la UC y después en la Universidad San Sebastián, donde desde comienzos del 2022 asumió como directora de carrera.
Aplaudida y reconocida a nivel nacional e internacional, ha sido invitada a publicar y dirigir workshops, conferencias y clases en universidades como la de Venecia y Cornell en Estados Unidos; además, suelen convocarla como jurado en diferentes concursos internacionales y sus trabajos han recibido importantes premios. Entre ellos, el Oscar Niemeyer a la mejor obra latinoamericana o la Obra del Año de Plataforma Arquitectura, que recibió el año 2020 por la Municipalidad de Nancagua. Además, estuvo a la cabeza del Edificio sobre la Estación de Metro Plaza de Armas, un nuevo hall central que la hizo ser parte de lo que ella orgullosamente define como “ciudad continua, un edificio más dentro de un contexto patrimonial, que busca integrarse con su entorno”, explica.
Este mes se realizará la Bienal de Arquitectura de Venecia y Loreto, junto a Alejandro Beals y Gonzalo Carrasco, elaboraron el Pabellón de Chile con una atractiva propuesta. En esta ocasión el tema es “El Laboratorio del Futuro” que busca presentar ideas para un mejor porvenir, más equitativo y optimista para todos. “Bajo esa premisa, la propuesta la titulamos Ecologías en Movimiento, donde damos cuenta del potencial que tienen las especies vegetales chilenas en la construcción y reparación de hábitats futuros. Como arquitectos tenemos que entender que la calidad de las ciudades futuras dependerá en gran parte de la incorporación e interacción con las especies vegetales”, concluye.