LA BRETAÑA FRANCESA

TEXTO Y FOTOS: VICENTE GARCÍA 

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La Bretaña francesa es famosa por su costa y sus pueblitos. Vicente García no solo nos recomendó qué ver, comer y hacer, sino que, además, nos dio una buena lección sobre el encanto que hay detrás de la organización de un viaje, pero sin olvidarse de la improvisación: este se hace durante y no antes.

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Hoy leí que con la Inteligencia Artificial se puede armar un itinerario de viaje sin necesidad de una agencia, un mapa o incluso un reportaje como este. Tan fácil como poner el lugar o el área que uno quiere conocer, intereses, número de días, acompañantes e incluso alergias, ¡y listo! Es más, te recomiendan dónde hacer yoga por si te estresas de tanto descanso.

Poco a poco desaparece la investigación, el comprarse un libro del lugar, estudiar los mapas, juntarse con los amigos y discutir las mil y una opciones para un solo destino. Me imagino que hay varios que se beneficiarán de esto, porque organizar un viaje puede ser, de hecho, un proceso casi tortuoso. Porque nadie nunca te brindará la información exacta que buscas y, si encuentras un lugar que te la entregue, seguramente carecerá del dato que haga feliz a tu hijo vegano, celiaco o gluten free. Tampoco te dará alternativas para que tu pareja, alérgica a los museos, pueda hacer algo mientras tú pasas horas en uno.

Bueno, pero eso es parte de un viaje, ¿no? El proceso de investigación y los errores son parte de la travesía, como descubrir que el hotel se veía mejor en las fotos que en la realidad; o que el tag terminó costando el triple porque no compraste la famosa tarjetita que estaba anunciada en un idioma que nadie entiende.

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Pero los errores y lo inesperado en un viaje son parte de su definición, no hay que tenerles tanto susto. Y sí, evidentemente hay que informarse, leer, estudiar y preguntar; sin embargo, no hay que olvidar que al final, el viaje se hace durante y no antes. Hay que dejar tiempo para la improvisación, porque los beneficios de lo espontáneo no se encuentran en la Inteligencia Artificial, sino en la propia.

Si buscan en Google la región de Bretaña como opción de viaje, háganse el tiempo. Es un viaje que vale la pena organizar e investigar, es entretenido, hay muchas opciones de cómo hacerlo, qué lugares conocer y lo mejor: es fácil, hay espacio para “salirse del mapa” y todo es bonito y vale la pena.

Ubicada en la región más al noroeste de Francia, Bretaña es una península montañosa que se extiende hacia el océano Atlántico y cuya extensa y escabrosa costa es un mundo por descubrir. Por eso, aconsejo elegir tres o cuatro pueblos como base en un viaje de 10 o 12 días (tiempo más que suficiente) y desde ahí, moverse por la costa.

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¿Qué pueblos elegir? Hay cientos de recomendaciones, pero nosotros escogimos Rennes como punto de partida solamente porque está cerca de París, donde arrendamos auto. Nevez, Trebeurden y Saint Malo fueron los otros. Usando esos lugares como base, empezamos a dibujar la ruta seleccionando qué ver. Hay localidades que valen más la pena que otras, pero usualmente, tres horas por pueblo son suficientes. Hay algunos que incluso se pueden recorrer en auto más que bien.

De mis favoritos están Vitré, Fougeres, Josselin, Quimper, Locronan, Lannion, Treguier, Dinan, Saint Malo y Mont Saint-Michel. Dependiendo de la hora del día en que les toque, recomiendo buscar un buen local donde almorzar. Como dato, lugares para comer crepes hay por cientos, tanto, que después de un par de días no van a querer ni verlos. Dosifiquen y eviten sobrecargarlos de ingredientes: dicen que no más de cuatro y de pasada se evitan la mirada insoportable del francés descontento, esa que tanto abunda…

Prueben también las ostras, el vino, los mussels (mejillones) y las papas fritas. ¡Y caminen! Todos los pueblos costeros tienen unas costaneras fascinantes y nada más entretenido que mirar a la gente.

La mejor recomendación que puedo darles para hacer este viaje (y todos) es que, si pueden, lo hagan con una pareja de amigos de confianza y gozadores, esos que no hacen problemas por pequeñeces y disfrutan lo que se les pone enfrente (mejor aún si son esos que hablan de otras cosas además de sus hijos). Así lo hicimos nosotros…

Y una última recomendación: hay que planear el viaje (por lejos la parte más entretenida) con inteligencia, dejando de lado todo lo artificia